Hola a todos!
Os traigo un trozo de historia y una pequeña reflexión en consecuencia al título que he puesto en esta entrada.
Voy a poneros en antecedentes:
Dirigiéndome yo a comprar artículos de la mas alta gama (comida basura y chuches), me encontré con un temor que llevaba tiempo evitando, y era que ese Mercadona era compartido con los que fueron mis antiguos excuñados. Y bueno me encontré con el hermano de mi ex y su pequeña hija.
Me saludo afablemente y después de unos minutos de amable y encantadora conversación, poner de forma actualizada nuestras vidas, nos despedimos.
Lo curioso es que todo ese temor que yo sentía que iba a tener, o el tener que volver a la cara o cualquier sensación rara de ver una persona que me cayó bien y ahora " me caía mal " no por el en sí, si no por la ruptura... se esfumaron, fue como encontrarse con un viejo amigo, hasta su hija me reconocido y me saludo con una sonrisa.
Impresionante es la gente cuando crece y madura, por que aunque tu te separes de una persona los sentimientos y recuerdos de las personas allegadas a ambos siguen permaneciendo aunque solo sea parte de un protocolo de cordialidad.
Así pues terminé el año de una manera más positiva en lo referente a este tipo de situaciones "embarazosas" donde no sabes bien como actuar... La normalidad es la clave.
Saludos!
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